Fernando Valenzuela: De Sonora, México al Estrellato en Grandes Ligas
El beisbol es un deporte que levanta pasiones en gran parte del mundo, y muchos países a lo largo de la historia han nutrido de peloteros a los equipos de las Ligas Mayores, Pedro Martínez y David Ortiz de Republica Dominicana, Roberto Clemente de Puerto Rico, Miguel Cabrera de Venezuela,
El beisbol es un deporte que levanta pasiones en gran parte del mundo, y muchos países a lo largo de la historia han nutrido de peloteros a los equipos de las Ligas Mayores, Pedro Martínez y David Ortiz de Republica Dominicana, Roberto Clemente de Puerto Rico, Miguel Cabrera de Venezuela, Edgar Rentería de Colombia, Orestes Miñoso de Cuba, por solo mencionar algunos. Todos ellos con un legado en cada una de sus novenas, sin embargo, hay un pelotero en específico que acaparó los corazones y las miradas de los fanáticos en el sur de Estados Unidos y al mismo tiempo puso en alto el nombre de México durante sus 19 años de trayectoria en el máximo nivel. Fernando “El Toro” Valenzuela rompió el molde del lanzador de grandes ligas y trascendió en la historia de los Dodgers de Los Ángeles con la famosa “Fernandomanía”.
Fernando Valenzuela Anguamea nació en Navojoa, Sonora el 1 de noviembre de 1960 siendo el menor de 12 hermanos. Los padres de Fernando sacaron adelante a la familia trabajando como campesinos y en un área completamente rural en el norte de México en la que una de las actividades predilectas de los niños es el deporte, en específico, el beisbol. Valenzuela empezó jugando en el jardín derecho, pero desde el momento que tomo el montículo era evidente que había encontrado su camino.
El inicio de la carrera profesional de Fernando se dio con el equipo de Cafetaleros de Tepic, donde firmó contrato por 250 dólares. Después de tener un corto paso por los Ángeles de Puebla, llego al que sería su ultimo equipo en la Liga Mexicana de Beisbol, los Leones de Yucatán, que a pesar de ser uno de los equipos más limitados de la Liga, las actuaciones del Toro llenaban sus gradas y atraían las miradas de scouts de equipos de grandes ligas. Sin embargo, el scout que finalmente haría realidad el sueño de Fernando Valenzuela fue Mike Brito de los Dodgers, que originalmente estaba visitando México para ver al Short Stop Ali Uscanga, que enfrentaba precisamente a Valenzuela. Fernando lo ponchó en tres lanzamientos en el primer duelo y Brito más adelante confirmaría que se olvidó por completo de Uscanga y dedicó todo el partido en evaluar al lanzador zurdo.
En 1979, Valenzuela llegó a jugar nivel A-elevado con los Dodgers, donde aprendió el lanzamiento que le daría la fama y la gloria en el futuro, el screwball cortesía del lanzador mexico-americano Roberto “Babo” Castillo.
Solo un año después, Valenzuela fue llamado al bullpen del roster principal el último mes de la temporada y cerró la campaña con un récord de 2 juegos ganados y un salvamento en diez juegos de participación.
Para el día de apertura de la temporada de 1981, el manager de los Dodgers, Tommy LaSorda se enfrentó con problemas de lesiones en su rotación de abridores, y minutos antes del juego decidió darle la confianza al entonces desconocido Valenzuela. El público asistente y los comentaristas se preguntaban quién era este pequeño lanzador mexicano que estaba dominando de tal forma a los Astros de Houston, Valenzuela completo las nueve entradas en blanco y los Dodgers se llevaron la victoria 2-0, así, comenzó una racha de 8 partidos seguidos con victoria – cinco de ellos por blanqueada—en una temporada que terminó con un récord de 13-7 y un promedio de 2.48. Fernando fue y sigue siendo el único pitcher en ganar el Cy Young y el Premio al Novato del Año en la Liga Nacional el mismo año. Este fue el nacimiento de la “Fernandomania” que incluyó ser el lanzador con mejores estadísticas del beisbol de 1981 a 1986, ganar 21 juegos en 1986, seis Juegos de Estrellas e incluso 10 cuadrangulares.
Una de las mentes más prodigiosas en el beisbol, es la del Dr. Charles Steinberg, presidente de los Worcester Red Sox, que, en el pasado, tuvo la oportunidad de vivir de primera mano la “Fernandomania”, por su paso por la Directiva de los Dodgers de Los Ángeles y de los Padres de San Diego.
“Era un fenómeno carismático internacional, no solamente le pertenecía a los Dodgers, sino también a México y toda Latinoamérica”, menciona Steinberg.
En 1995, Larry Lucchino había dejado un excelente legado en los Orioles de Baltimore, tanto en la parte deportiva como en la parte de negocios—con el nacimiento de Camden Yards—y aquí fue el primer cruce entre Lucchino y un Valenzuela que a pesar de que la mejor parte de su carrera ya había pasado, entregó buenas actuaciones. El siguiente destino de la carrera de Lucchino estaba al sur, con los Padres de San Diego, un destino al que invitó a Steinberg.
“Larry sabía que uno de los elementos clave en San Diego seria fomentar la unidad entre la doble nacionalidad entre San Diego y Baja California, una región de 5 millones de personas”, recuerda Steinberg, que atinadamente se acercó con Lucchino a decirle que deberían considerar firmar al Toro Valenzuela, sin saber que Lucchino había hablado con su agente la noche anterior.
“Firmamos a Fernando y vi de primera mano algunos de los problemas que las estrellas internacionales enfrentan porque había un sector de la fanaticada que no lo quería. Una dama me llamó personalmente para decirme ‘Solo lo están firmando porque es mexicano’, Fernando procedió a ganar 22 juegos, más que nadie en la Liga Nacional desde junio del 95 a junio del 96.”
Antes de la llegada de Lucchino y de Valenzuela, los Padres realmente no habían participado en esfuerzos de intentar llegar a la comunidad mexico-americana, pero esta decisión rindió sus frutos al convertir a los Padres en uno de los equipos más queridos en el norte de México, pero la relación entre el equipo y el público mexicano iría aún más lejos.
“En agosto de 1996, Larry lideró los esfuerzos de hacer a los Padres el primer equipo en la historia del beisbol en jugar partidos de temporada regular afuera de los Estados Unidos o Canadá, en Monterrey, México”, recuerda orgullosamente Steinberg.
Los caminos de Valenzuela y de Steinberg se volverían a cruzar en el 2008, cuando Steinberg se unió a las filas de los Dodgers y Valenzuela, ya retirado, participaba en las transmisiones en español del equipo.
“Incluso el año pasado cuando los Dogders recibieron el Juego de Estrellas, tuve la oportunidad de verlo en la sala de prensa y recordar nuestros tiempos en San Diego y Baltimore”, menciona Steinberg.
El pasado 11 de agosto, los Dodgers decidieron retirar el mítico número 34 de Valenzuela, una decisión que, para muchos, tuvo que haber sido mucho tiempo antes.
“Ya era hora!”, menciona Steinberg. “Tremendamente merecido, es uno de los jugadores más importantes de la historia de los Dodgers, empiezas con Jackie Robinson, y las puertas que el abrió, después se tiene que hablar de Sandy Koufax, y las puertas que el abrió, y las puertas que también abrió Fernando. Es uno de los pioneros culturales más importantes de la historia del beisbol”.
De igual forma, Larry Lucchino también aprovecho la oportunidad de decir unas palabras sobre Valenzuela y el merecimiento de que nadie más en la historia de un equipo como los Dodgers pueda usar su número.
“Era un tipo increíble, pude tratarlo en San Diego, en Baltimore, y siempre produjo para nosotros, su agente fue pieza clave. Aprecio mucho a Fernando porque aprecio la grandeza y ya era hora de que su número fuera retirado.” cerró Lucchino.